Son tiempos extraños, nos enfrentamos a una amenaza microscópica y a la vez inmensa. Decidimos y nos vemos obligados a permanecer en casa para contribuir a la contención del virus y a que todo vuelva a la normalidad lo antes posible. Pero, para nosotrxs, las personas habituadas a disfrutar del aire libre, puede suponer un varapalo en nuestro estado de ánimo y en la forma de afrontar la situación. es aquí donde una buena educación que cultive nuestra inteligencia emocional puede ayudarnos a superarlo.

Isla de Senja, Noruega
¿cómo nos afecta la exposición a la naturaleza?
Ante la situación que acontece en nuestro país y gran parte del mundo, algunas personas son capaces de mantener su fuerza anímica en condiciones más o menos normales mientras que otros decaen por completo provocando estados de intranquilidad, depresión y miedos. Las personas amantes de los deportes al aire libre, estamos deseando volver a realizar nuestro siguiente proyecto, con la incertidumbre de cuándo podremos llevarlo a cabo.
Por todos es sabido que el medio natural nos ofrece desconexión, evasión del estrés de las urbes, un ritmo a veces demasiado acelerado, aumenta nuestra capacidad de atención y disminuye la irritabilidad de las personas. Kuo y Sullivan (2001) defienden que los efectos de la naturaleza sobre la salud humana tienen un potencial que ha sido gravemente inexplorado, exponiendo también conceptos relacionados con el estado de ánimo, el estrés y la agresividad e impulsividad de las reacciones que vienen dadas por las rutinas cotidianas que surgen en la vida moderna, el apego a las tecnologías, los ruidos y el propio estrés que se contagia entre personas en una ciudad.
Otros estudios muestran el poder de la naturaleza para fomentar el desarrollo emocional, físico y social, a través del aumento de la autoestima, la conciencia de sí mismo, la confianza en uno mismo, la mejora de las habilidades de comunicación, la cooperación con los demás, y sobre todo, las habilidades para resolver problemas (Bisson, 1998; Prouty, 1999).
El acercamiento a la naturaleza está pasando de ser un mero recreo, disfrute y entretenimiento para la población de nuestro país a una necesidad que nos hace volver a conectar con nosotros mismos y con los compañeros con los que compartimos la actividad (Acuña, 1996). Heinz-Günter (1987, p. 238) señala que “la aventura juega un papel significativo porque supone una oportunidad para compensar el aburrimiento y la carencia de un sentimiento de autenticidad que presenta la vida ordinaria”.

¿Qué tendrá la naturaleza que tanto bien nos hace?
¿Qué podemos hacer?
Para combatir ese aburrimiento es necesario mantener una forma de vida activa, no dejar nuestros proyectos de lado, si eso es lo que nos hace felices y seguir hacia delante buscando nuevas maneras de aprender y crecer como personas y deportistas. Mantener nuestra motivación sobre las actividades que más nos gusta realizar es fundamental para mantener un adecuado estado anímico y que la situación que estamos viviendo no nos afecte más de lo esperado, causando de este modo estados de tristeza, aprensión, ansiedad o depresión.
«Fíjate en el miedo, como vences el miedo, el tío que se cae, que tengo que seguir subiendo, toda una serie de factores en las que…, en las que es la voluntad lo que se… lo que se impone. La voluntad es fundamental y la ilusión, la ilusión de llegar» Cesar Pérez de Tudela
Tomando como referencia una cita de la entrevista realizada a Cesar Pérez de Tudela es importante que mantengamos la ilusión, la ilusión por conseguir derrotar al virus y volver a realizar aquello que más nos gusta, esto lo conseguiremos con motivación y voluntad, con ganas y capacidad de demorar la gratificación.
Son muchos los beneficios que nos aporta la naturaleza y el hecho de no poder realizar los deportes que nos apasionan bajo sus dominios en estos momentos, nos puede provocar un cierto estado de miedo que nos impida seguir nuestra vida con normalidad, encerrándonos en nuestra mente desmotivada y más pequeña que nunca.
Lo cierto es que el montañismo supone un alto grado de preparación mental que en muchas ocasiones olvidamos, dando lugar a incidentes o accidentes por una falta de preparación mental previa y exponiéndonos ante una situación que nos sobrepasa. Es ahora cuando debemos poner en práctica lo entrenado durante estos años, la superación de obstáculos, la proposición y planificación de nuestros siguientes objetivos, la preparación y formación adecuada para movernos con mayor seguridad sobre este medio cambiante en el que nos encontramos felices, la naturaleza. Aprovechemos estos momentos de reflexión en nuestras casas para motivarnos hacia lo que más nos gusta y seguir aprendiendo para evitar situaciones inesperadas en la montaña y poder seguir mejorando y progresando en nuestros objetivos.

Condoriri, Perú
«En todos los deportes en general, pero en el alpinismo en particular, los tres grados de preparación son: físico, técnico y mental que incluye controlar este tipo de situaciones y creo que se logra a base de experiencia, años y situaciones». José María Jayme Bravo.
nuestra reflexión:
Utilicemos este momento a nuestro favor, por qué no coger un libro que nos recuerde las técnicas que tenemos más olvidadas y repetirlas una y otra vez hasta asegurarnos de que sabemos realizarla correctamente en diferentes situaciones, poner a punto nuestro material, limpiarlo y almacenarlo como es debido, prepararnos físicamente dentro de nuestras casas, planificar el siguiente proyecto que tenemos en mente y aprender nuevas disciplinas que nos puedan ser de utilidad en la ejecución de las actividades que más nos gustan (cursos online de meteorología, nivología, radioaficionado…).
Ha llegado la era digital, utilicémosla a nuestro favor, se trata de algo asombroso y positivo que nos facilita todo tipo de trabajos, toda la información está al alcance de nuestras manos y su facilidad de uso es asombrosa.
La situación actual provoca modos de vida más sedentarios que pueden desencadenar problemas físicos y/o mentales si no actuamos en consecuencia, desde obesidad, atrofia y dolor muscular, depresión y trastornos conductuales. Pongámonos manos a la obra para hacernos más fuertes que nunca y conseguir salir de esta sin que nos afecte emocionalmente.
Las emociones más desfavorables que podemos experimentar en estos momentos son respuestas a los estímulos que vivimos en nuestro día a día. Dependerá de nuestras experiencias anteriores, la capacidad de autocontrol y las tendencias personales, que nos afecten más o menos.
Ánimo, consigamos que estos días nos sean de provecho y nos sirvan para seguir acentuando nuestra pasión por las actividades físicas en el medio natural, aumentando así nuestro compromiso con la montaña.
Deja tu comentario