En nuestras anteriores entradas os dábamos algunas ideas y pautas de actuación para realizar nuestras actividades en la naturaleza de manera más sostenible. Podéis volver a consultarlos aquí: ideas para su planificación» y «cambia de conducta o de planeta«.

Por las características de las actividades que realizamos en la naturaleza y del propio medio en sí, nos rodeamos y resguardamos en material específico para hacer nuestra estancia más confortable, mejorar nuestro rendimiento o simplemente ir a la moda. Olvidamos a aquellos pioneros, que exploraron nuestros planeta con un equipamiento, que hoy en día se utilizaría como pretexto para probar su temeridad e incompetencia. Por otro lado, estos materiales de última generación han contribuido en que se pudieran desarrollar y popularizar nuestras actividades favoritas, a la par que mejoraban la seguridad de estas. Aunque nos aterrorice la vorágine de consumo y sus consecuencias para nuestro planeta, hemos aceptar esta paradoja moral y obrar en conciencia para hacer de nuestra participación en este mercado lo más imperceptible posible que podamos, a términos de impacto ambiental.

Por todo esto, hoy le toca el turno a nuestra relación con el creciente mercado de productos diseñados para estas actividades y cómo podemos actuar para consumirlos de manera más responsable. Aquí van algunos consejos que nos pueden ayudar:

Comparte tus juguetes:

Cuando nos enfrentamos a la tarea de educar uno de los valores que solemos inculcar es la generosidad, animando a nuestros peques a que compartan sus cosas con sus amigxs, pero ¿nosotrxs lo hacemos?, diréis que una cosa es una pala de arenero y otra esa bicicleta de 3000€ que he comprado. En esencia es el mismo planteamiento, solo cambia nuestra percepción del valor de las cosas. ¿Por qué todxs lxs niñxs tienen que jugar cada uno con su pala cuando podrían compartir un rastrillo, un cubo, una pala y un tamiz?. Ahora trasladémoslo a nuestros juguetes, ¿de verás vas a usar ese kayak tanto como para que tu colega tenga que comprarse uno propio?, ¿cuántas salidas con raquetas de nieve realizas cada invierno?, ¿te acuerdas de esa tienda de campaña que usabas hace años? ¿vas a dejar que tu hermana se compre una nueva?. Puede que después de lo dicho anteriormente, con esto te explote la cabeza: ¿qué te parecería comprar esa furgoneta camper de tus sueños entre varias familias?, y ¿compartir los gastos acordando su uso?. Posiblemente este planteamiento no se adapte a todo el mundo, pero aunque parezca utópico creo sinceramente que es una opción viable.

Compartir es vivir

Alquila/llévate prestado material:

De acuerdo, la propuesta anterior te parece propia de un hippie comunista después de asistir al festival de música folk de Ortigueira. Siguen existiendo opciones para que tu bolsillo, y trastero no limiten las actividades en las que te apetece iniciarte. Puedes alquilar/tomar prestado ese material específico que necesitarás para realizarlas. En Madrid, donde nosotrxs nos movemos, existen varias tiendas que alquilan todo tipo de material técnico, especialmente aquel de temporada o muy específico: esquí de travesía, raquetas de nieve, neoprenos, cascos, arneses…

También existen entidades públicas que prestan material ¡GRATIS! (bajo fianza), como el Centro Socio-Cultural de Vicalvaro, Vallecas, Alcobendas, Algete, San Sebastián de los Reyes, El Escorial o Collado-Villalba, no será por opciones.

Como tercera opción, si perteneces a algún club de montaña, es muy probable que éste disponga de un sistema de préstamo para socixs.

Una de las grandes ventajas de alquilar o llevarse prestado material, es poder probar distintas opciones, marcas y tallas antes de decidirte a desembolsar un dinero por tu material en propiedad.

Compra de segunda mano:

Perfecto, ya lo tienes claro, no puedes vivir sin ese cachivache que ya has probado repetidas veces y que crees que podrías dar mucho uso en el futuro, te planteas comprarlo. ¿Por qué no comprarlo de segunda mano?, si estás indecisx, te ayudaré. Te invito a plantearte comprar un producto usado si tu respuesta a todas las siguientes preguntas es un NO:

  • ¿El uso inadecuado, desgaste excesivo o fecha de caducidad de dicho material comprometería tu seguridad o rendimiento del material?.
  • ¿Es importante que el producto tenga la garantía vigente?.
  • ¿Necesitas que sea el último modelo del mercado?.
  • ¿Tienes algún problema en utilizar algo que ya se ha puesto otra persona?.
  • ¿Desconfías de la procedencia ilegal de dicho producto (robo, falsificación…)?.
  • ¿Puedes/quieres permitirte económicamente comprarlo nuevo?.

Cuida y repara tu material:

La mejor estrategia de sostenibilidad es usar un producto el mayor tiempo posible. Para que esto sea posible debe cumplir varios requisitos:

  • Que sea un producto de buen calidad, no confundir con caro.
  • Que su obsolescencia no este programada.
  • Que se cuide lo máximo posible para asegura su longevidad
  • Que no lo desechemos por cuestiones estéticas o de moda.

Otra forma de alargar la vida útil de tus «cacharritos» es repararlos o darles un uso alternativo tras su vida «útil».

Por ello, te animamos a que luzcas con orgullo esa mochila de colores chillones que compraste en los ’80, ese mítico saco de dormir Pedro Gómez ® que heredaste de tu padre, ¿qué tal si esa bici con cambios en el cuadro la utilizas para tus desplazamientos en ciudad?. Ahora está de moda lo vintage, aprovecha la excusa para utilizar esas viejas glorias.

Dale una segunda vida a tus trastos:

Asúmelo, la vida va cambiando, la tuya también. Cada vez que bajas al trastero escuchas un llanto lastimero, es la tabla de snowboard que tanta adrenalina te hizo secretar pidiendo volver a flotar sobre la nieve polvo de un valle en los Alpes, seamos realistas, no serás tú quién lo hagas, déjala volar libre, regálasela a tu sobrinx, dónala a un banco de material de montaña, véndesela a alguien desconocido. Haz todo lo posible para que no acabe en la basura u olvidada en un rincón oscuro.

Microplásticos, PVC, ftalatos, PFC y otros personajes de terror :

Empecemos por lo básico: todo se acaba degradando. El quid de la cuestión es ¿cuánto tiempo tarda?, y durante éste tiempo ¿qué impacto tiene sobre la vida en el planeta?. Aunque no estemos orgullosos, hemos de asumir que el desarrollo de productos de plástico durante la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos de XXI ha supuesto un antes y un después en la especie humana, para bien y para mal. Empecemos por lo bueno del plástico:

  • Debido al bajo coste de producción, ha democratizado el material técnico y en consecuencia el aumento y mejor equipamiento del número de practicantes.
  • Ha hecho posible prestaciones en el material que anteriormente no existían: membranas impermeables/transpirables, tejidos ligeros, aislantes y con rápida evacuación del sudor, cuerdas dinámicas…
  • Presenta un excelente equilibrio entre ligereza, polivalencia y durabilidad.
  • En algunos casos puede ser reciclado para la producción de otro plásticos.

En el otro extremo tenemos los inconvenientes de la producción de plástico y sus derivados a gran escala:

  • Bien sea PET, HDPE, PVC, LDPE, PP PS u otros derivados del petróleo, estas sustancias tardar tanto tiempo en degradarse que durante y al terminar su vida útil se va descomponiendo en partículas tóxicas cada vez más pequeñas, que a través de la cadena trófica causa daños en las especies que las ingieren, incluida la humana. Puedes ver este ilustrativo vídeo que explica la problemática de los microplásticos

  • En la producción de material derivado del petróleo se utilizan sustancias químicas nocivas para la vida en general y el ser humano en particular:
    • PFC’S: Son una serie de compuestos químicos que debido a su estabilidad que penas resultan biodegradables. Se han utilizado tradicionalmente en la fabricación de membranas impermeables/transpirables y en el tratamiento perlante (repele el agua) de los tejidos. Algunas marcas de montaña como Ternua o Patagonia, aseguran que sus tejidos son 100% libres de PFC’S, otras están adquiriendo poco a poco este compromiso.
    • Ftalatos: Es un compuesto químico usado para otorgarle flexibilidad al PVC, que según afirma Greenpeace tiene «posibles efectos negativos en el desarrollo espermático del ser humano» entre otros daños.

Siendo imposible sustituir algunos materiales fabricados en plástico aquí van algunos consejos que reducirán el impacto derivado de dicho consumo cuando no tengas más remedio que comprarlos:

  • Valora sí necesitas un tejido muy técnico para actividades cotidianas. Reserva la ropa más específica para empresas exigentes.
  • Premia a las empresas que se comprometen con la problemática, eligiendo sus productos frente a otros menos respetuosos.
  • Elige artículos realizados a partir de plásticos reciclados.
  • Busca la simplicidad y robustez en los diseños, las prendas más minimalistas y robustas necesitan menos tejido y duran más.
  • Evita comprar artículos de baja calidad, eligiendo otros con una mayor vida útil.
  • Lava menos tu ropa, a veces un simple enjabonado de puños, es más que suficiente

Prioriza los materiales orgánicos sobre sintéticos:

A mediados del siglo XX, la indumentaria de un alpinista en los Himalayas consistía en lo siguiente (Fuente):

  • Ropa interior, camisa y jersey de lana; chaqueta y pantalón de plumón y una capa de cortaviento.
  • Tienda de campaña de algodón.
  • Cuerdas de cáñamo.
  • Sacos de dormir de plumón.
  • Botas de piel de reno o cabrito y cubrebotas de tela.
  • Piolet y crampones de madera y acero.

Aunque fuesen materiales más sostenibles, hoy en día es impensable ir con este equipamiento. Pese a esto, algunos materiales se siguen utilizando hoy en día con unas prestaciones insuperables. Aunque el precio siempre será más elevado frente a su competidor «plasticoso», pueden suponer una buena alternativa para apaciguar nuestras conciencias ecologistas. Aquí van algunos de los materiales orgánicos que se utilizan y algunas características que condicionan su uso:

  • Algodón: elaborado a partir de su flor. Es el gran proscrito en la montaña. Ideal para actividades donde el reto sea reducir la temperatura corporal como actividades en entornos húmedos y cálidos. Debido a que es un tejido hidrófilo, nos mantendrá siempre fresquitos favoreciendo la evaporación cutánea. Totalmente desaconsejado en actividades de montaña ,donde existe riesgo de hipotermia, es decir TODAS.
  • Lana: extraída través del esquilado de ovejas o aprovechamiento de restos de estas. Su principales ventajas son: el gran poder aislante (incluso húmeda o mojada) y la capacidad de evacuación de sudor. Su principal inconveniente: es el peso comparado con otros tejidos sintéticos. La lana merina, es muy utilizada, apreciada y cotizada como primera capa en montaña.
  • Seda: elaborado a partir de los capullos de los gusanos de seda. Es un tejido ligero, resistente, suave, transpirable, hipoalergénico y aislante. Suele utilizarse en las mismas condiciones que el algodón, y para elevar la temperatura de los sacos de dormir.
  • Pluma o plumón: extraído de aves como el pato o el ganso. Sus superpoderes son ligereza, gran compresión y capacidad de retención del aire caliente entre sus fibras. Su «kryptonita» es el agua, cuando se moja pierde completamente sus cualidades.
  • Pieles: son impermeables y transpirables, con un buen mantenimiento tienen una vida muy larga.
  • Madera: aunque es poco común, se vuelven a comerciar implementos fabricados en madera como piolets, tablas de snowboard, guías de patines, cuadros de bicicleta…

Walter Bonatti

Tejidos veganos o no, esa es la cuestión:

Existe otra cuestión personal que podemos plantearnos a la hora de decidir qué productos comprar en función de su origen. Está la opción vegana, que implica no utilizar ninguna materia de origen animal como lana, piel, plumas… Respecto a este tema, aclarar dos conceptos, sin pronunciarme a favor o en contra, y desde el respeto a cualquier forma de poner en coherencia pensamiento, acción y consumo:

  • Que un tejido sea certificado como vegano, solo implica que ningún animal ha sufrido en su manufactura. En la industria textil vegana, también se utilizan los tejidos sintéticos que hemos tratado con anterioridad.
  • Todavía no es una opción consolidada en el mercado de material técnico de montaña. Poco a poco se van afianzando en el mercado de la moda marcas con líneas veganas. En lo que se refiere al material técnico, tan solo unas pocas marcas de montaña se atreven a dar el salto hacia el veganismo. Algunos ejemplos de ello, son líneas «cruelty-free » de algunas de las frimas punteras del sector: La Sportiva, Teva, Merrel o Salomon. Si tienes dudas sobre el origen de los materiales de alguna marca en particular, puedes ayudarte de este buscador de la organización PETA.

Escoge bien tus plumas:

Uno de los materiales aislante que es más común en actividades exigentes en climas fríos ,es la pluma o el plumón de pato o ganso. La diferencia entre las dos , es que el plumón corresponde al pecho y el abdomen del ave, más suaves, ligeras comprimibles y con mejor capacidad aislante; y las plumas se obtienen de otras partes de la piel del ave y poseen una zona rígida o cañón que reduce sus propiedades. Son utilizadas como relleno de chaquetas, sacos de dormir y monos integrales de alpinismo. El proceso de producción de la pluma o plumón es algo controvertido, pues en 2016 la organización PETA denunció como en algunas fábricas se inmovilizaban y arrancaban las plumas a los animales vivos en repetidas ocasiones a lo largo de su vida antes de su sacrificio (ESPELUZNANTE NOTICIA). A raíz de aquella denuncia, los fabricantes hicieron un esfuerzo por hacer conocer el origen de las plumas empleadas en sus prendas de ropa a través de algunas de estas iniciativas:

  • Apostar por el uso de fibras sintéticas similares como el Primaloft®: tejido sintético de cualidades y durabilidad algo inferior a la pluma a excepción de su precio inferior, y que mojado conserva el 96% de su capacidad aislante, recordemos que la pluma mojada pierde sus propiedades.
  • Solo utilizar plumas procedentes de animales ya sacrificados para su consumo en la industria alimentaria.
  • Incluir sellos de trazabilidad, que ayuden a rastrear el lugar de producción de cada prenda para certificar que no se extraen plumas durante la vida del animal.
  • Utilizar plumas recicladas de otras prendas de vestir cuyo ciclo de vida ha terminado (Nekodun®)

REFLEXIONA, DECIDE Y ACTUA EN CONSECUENCIA:

Después de haber expuesto de la manera más objetiva posible toda esta información, a ti te queda la tarea más compleja de todas: digerirlo, reflexionar sobre ello e intentar actuar y consumir lo más coherentemente posible con tus principios. No te dejes abrumar por tanta información, comienza por reflexionar sobre las consecuencias de cada una de tus acciones, y en la medida de lo posible intenta cambiar aquellas conductas que en conciencia consideres inapropiadas.

Te animamos a que formes parte del cambio, recuerda: puedes forma parte del problema o de la solución.