Corrían los últimos años del pasado siglo y aquel jovencito efebo que hoy os escribe no era más que un aprendiz, loco y alocado, con más ganas que conocimiento y con esa fortaleza e inconsciencia que sólo la juventud puede dar…

Y en realidad nos encontrábamos aquél día descansando y disfrutando, sabiendo que ya estaba todo hecho, y que sólo quedaba descansar.

No en vano llevábamos cuatro días de travesía por Picos de Europa, cargados como sólo antaño se iba… pero estábamos ya en el Collado de Horcados Rojos, prácticamente el final de nuestra ruta, restándonos ya sólo bajar por Cabaña Verónica y la Vueltona hasta la Estación Superior del Cable.

Habíamos recorrido parte del macizo Occidental, saliendo desde los archiconocidos Lagos de Covadonga, subiendo al refugio de Ario, bajado la canal de Trea hasta el Cares, visitado los pueblos de Caín y Bulnes, la majada de la Terenosa y por supuesto habíamos rendido pleitesía al mismísimo Rey de los Picos, el Naranjo de Bulnes o Pico Urriello.

Todos los recuerdos se agolpaban en esa magnífica vista que todos los que hayan estado allí recordarán, el Jou sin Terre y el Jou les Boches abajo y la más conocida de las cimas de este país al fondo… y para deleite nuestro, en un soleado y amble día.

La dicha era completa y la euforia por el trabajo realizado exultante…

Collado de Horcados Rojos

Nunca sabes cuando…

Únicamente unos gritos proferidos por “domingueros” podrían sacarme de mi letargo… ¡¡Y así fue!! Una pareja con la que habíamos charlado un rato antes se acercó pidiendo ayuda para un herido.

Aclarar que hoy ya no me considero joven, o al menos el grueso de la sociedad no lo haría. Pero en aquel momento sí lo era, sí me lo consideraba y además era el más joven del lugar (es decir, me encontraba rodeado de adultos responsables a los que se les debería suponer una diligencia suficiente).

Una persona había tropezado y al caer intentó minimizar el daño apoyando la mano. La suerte (hay algunos que dicen que existe, otros no lo creen), el azar, o los reflejos le hicieron apoyar la mano y luxarse el hombro.

Volviendo a la diligencia resultó que allí, entre todos los presentes (más o menos una decena/docena de personas) sólo hubiera un botiquín y una persona que supiese actuar (curiosamente el más joven del lugar, véase tres párrafos más arriba).

Y en aquellas me encontré atendiendo por primera vez en mi vida un accidente de montaña, y organizando una primera atención (sencilla gracias a Dios), que consistió en:

  • Tranquilizar a la víctima y ayudarle a organizar su salida de aquel lugar (dejar mensaje a sus compañeros y recoger su tienda y enseres lo justo para poder dejarlos allí)
  • Organizar una evacuación (en aquellos tiempos no existían los móviles y todo se hizo de forma analógica).
  • Ofrecerle unos primeros auxilios mínimos (inmovilización para evitar dolores) con los medios que teníamos disponibles (que cariño le tenía a aquella cinta plana rosa… espero que aquella persona también la recuerde con cariño).
  • Ayudarle en todo lo posible hasta que llegó “la caballería”.

Mi diligencia (La diligencia es la virtud cardinal con la que se combate la pereza. La diligencia procede del latín Diligere que significa Amar, pero en un concepto más vago que de su similar latín Amare que es más general. Forma parte de la virtud de la caridad ya que está motivada por el amor. Wikipedia), esto es, la actuación de aquel joven superó con mucho la de todos los adultos que allí, en aquel momento se encontraban. ¡Y no quiere esto decir que fuera perfecta! Unicamente fue adecuada y estaba en relación a la personita que la estaba desarrollando.

Aquel fue mi primer contacto con la “seguridad en montaña”, visto con los ojos de la persona en que hoy me he convertido… visto a través del “sesgo retrospectivo”. Como dijo Steve Jobs en su famoso discurso en la Unviersidad de Stansford, “no puedes unir los puntos hacia delante”.

Y lo que sé hoy en día es que toda la formación que cada uno pueda recibir, ¡¡siempre suma!! Quizás todavía no sabes cómo ni porqué, pero “tienes que confiar en que los puntos se unirán alguna vez en el futuro.”